Mi amada Martina, hoy es tu cumpleaños. Son cuatro añitos ya, naciste una mañana tibia de diciembre. Estaba Tomi entre nosotros, mi nieto varón preferido como le digo siempre y llegaste vos trayendo tu dulzura femenina. Ya eran dos para amar.
El cariño se dividía entre Tomás y Martina sin contar que al año nació la divina Guillermina.
Pero hoy quiero hablar de vos, de tu dulzura, coquetería y de tu amor incondicional hacia “laabuela”, no es un error así me llamas.
Pero hoy quiero hablar de vos, de tu dulzura, coquetería y de tu amor incondicional hacia “laabuela”, no es un error así me llamas.
Me emociona cuando te oigo decir, -sabes que yo tengo pecas como vos-, ó -me pintas los labios-.
Dulce mía te amo, pido a dios que crezcas sana y conserves siempre esa picardía en la mirada y que cuando grande necesites algo solo cierres los ojos y me lo pidas.
Dulce mía te amo, pido a dios que crezcas sana y conserves siempre esa picardía en la mirada y que cuando grande necesites algo solo cierres los ojos y me lo pidas.
Me pregunto porque escribo estas líneas?, tal vez porque este espacio sirve para ello, y hoy necesito decírtelo, pero sos muy chiquita y tal vez no lo entiendas, pero se que al pasar los años este sitio seguirá estando y vos lo vas a leer.
Que tengas un hermoso cumpleaños mi cielo. La abu.
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