“Todas las personas mayores han comenzado por ser niños" Antoine de Saint-Exupèry



jueves, septiembre 27, 2007

No Te Mueras Sin Haber Sacado Afuera Tu Música


El mundo en el que vives es un sistema inteligente, en el que cada parte se mueve de manera coordinada con todas las demás partículas en movimiento. Hay una fuerza universal que apoya y orquesta todo.

Todo funciona de manera conjunta en perfecta armonía. Tú eres una de esas partículas en movimiento. Viniste en el cuerpo que habitas en el momento exacto. Tu cuerpo se irá de aquí con la misma precisión.

Eres una pieza esencial de este complejo sistema. Y aquí estás, en este sistema inteligente que no tiene principio ni fin, en el que cada galaxia se mueve en armonía con todas las demás. ¡Debe existir una razón para que hayas aparecido!

Khalil Gibrán dijo, "Al nacer, ya llevas tu trabajo en tu corazón".

Así pues, ¿cuál es tu trabajo?
¿Cuál es tu propósito?
¿Lo estás viviendo de la manera en que tu corazón te insta a que lo hagas?
Escuchar a Tu Corazón
Tómate un momento ahora mismo y apunta con tu dedo hacia ti. Tu dedo está apuntando directamente hacia tu corazón. No a tu cerebro, sino a tu corazón. Esto es lo que tú eres.
El constante latido de tu corazón, hacia adentro y hacia afuera, hacia afuera y hacia adentro, es un símbolo de tu conexión infinita con el latido omnipresente de Dios, la Inteligencia Universal.
Tu cerebro izquierdo calcula, soluciona cosas, analiza y te con-duce a tomar las elecciones más lógicas para ti.
¡Él piensa, piensa y piensa!
Tu cerebro derecho representa tu lado intuitivo.

Es la parte de ti que va más allá de la razón y del análisis. Es esa parte de ti que siente cosas, que es sensible al amor, la que se emociona con lo que es importante para ti.
Tu cerebro derecho es el que nos permite emocionarnos hasta las lágrimas cuando tomas a tus hijos en brazos, o el que se baña en la belleza de un día glorioso.
Tu cerebro izquierdo puede analizarlo, mientras que tu cerebro derecho te permite sentirlo.
Elige una situación y pregúntate qué es más importante para ti, si lo que sabes o lo que sientes.
Por lo general, dependerá de la situación y de las circunstancias en las que estés decidir de qué te ocuparás primero.
Tu inteligencia puede resolver exactamente cómo debes proceder cuando las cosas estén colapsando en una relación, o cuando tengas un impulso súbito, pero también hay otras veces en las que lo que sientes se impone a lo que sabes:
-cuando estás asustado o tienes miedo o te sientes solo; pero, por otra parte, si te sientes conmovido, enamorado y extasiado, esas serán las fuerzas que dominen el modo en el que actuarás.
A veces está bien usar tu cerebro derecho. Tu cerebro derecho siempre te guiará apasionadamente hacia tu propósito.
Escuchar a Tu Cerebro Derecho
Hay una presencia intuitiva invisible que siempre te acompaña.
Yo me imagino esta presencia como una criaturita en pañales que se sienta sobre tu hombro derecho y te avisa cuando pierdes el sentido de tu propósito.
Este pequeño compañero es tu propia muerte, que te mete prisa para que pongas en marcha aquello para lo que viniste aquí, porque tienes contados los días para conseguirlo, y cuando este viaje termine, tu cuerpo se marchará.
Tu compañero invisible te pinchará cuando pases otro día más haciendo algo que no sea parte de tu pasión en la vida y que te haya sido dictado por cualquier otra persona.
Cuando te salgas de tu propósito, siempre lo sabrás gracias a que tus pensamientos se dirigirán hacia esa frustración tuya.
Puede que no siempre actúes con arreglo a este saber, posiblemente porque tu cerebro izquierdo no reúna la valentía suficiente para apostar por lo que tu cerebro derecho sabe que es tu destino.
Tu intuitiva voz interior sigue presionándote para que toques la música que escuchas, para que no te mueras con ella adentro.
Pero tu cerebro izquierdo dice:
"Un momento. Sé cuidadoso, no te arriesgues, podrías fracasar, podrías decepcionar a todos los que tienen un punto de vista diferente acerca de lo que deberías estar haciendo".
Entonces, el compañero invisible de tu cerebro derecho (tu muerte) te hablará aún más alto. El volumen irá subiendo, intentando obligarte a que sigas tu sueño.
Hasta que, al final, escuchar exclusivamente a tu cerebro izquierdo te convierta en un impostor, o en algo aún peor, en un autómata que se levanta cada mañana con el rebaño para trabajar en lo que le da dinero y que paga sus facturas, para regresar después a casa y seguir haciendo lo mismo al día siguiente, y así una y otra vez, con la misma canción implícita, de sobras conocida.
Entre tanto, la música que hay en tu interior se irá marchitando hasta que llegue al punto de ser inaudible.
Pero tu permanente e invisible compañero siempre escuchará la música y seguirá dándote golpecitos en el hombro.
Este esfuerzo por llamar tu atención puede tomar la forma de una úlcera, o de un fuego que queme tu resistencia, o que te despidan de un trabajo serio, o que tengas cualquier accidente que te haga doblar la rodilla.
Generalmente, esos accidentes, enfermedades y formas de mala suerte terminan por atraer tu atención. Pero no siempre.
Algunas personas terminan como Ivan Ilyich, el personaje de Tolstoy que se angustiaba en su lecho de muerte diciendo:
"¿Y qué pasa ahora si toda mi vida he estado equivoca-do?"
Debo decir que es una escena escalofriante.
No tienes por qué elegir ese destino.
Escucha a tu compañero invisible, expresa la música que oyes e ignora lo que cualquiera de las personas que te rodee piense que deberías estar haciendo.
Como expresó Thoreau:
"Si un hombre no está en paz con sus compañeros, quizás sea porque escucha un tambor diferente. Dejen que baile al compás de la música que escuche, esté o no afinada".
Prepárate para aceptar que los demás puedan decir que los has traicionado; pero no habrás traicionado a tu música, a tu propósito.
Escucha tu música, y haz lo que sabes que tienes que hacer para sentirte entero, para sentirte completo, y para sentir que estás cumpliendo con tu destino.
No tendrás paz si no dejas que esa música salga y suene.
Deja que el mundo sepa por qué estás aquí, y hazlo con pasión.
Apasionarse Supone Arriesgarse
Puede que al final vivas una vida cómoda aunque no sigas tus instintos.
Pagas tus facturas, cumples con todos los formalismos, y vives una vida de producción y de cumplimientos de acuerdo al manual.
Pero ese manual lo escribió otro.
Percibes al pequeño que te dice:
"Puede que esto parezca lo correcto, pero ¿se siente bien? ¿Estás haciendo lo que viniste a hacer aquí?"
Para muchas personas, la respuesta es:
"¿Cómo sabré cuál es mi heroica misión?"
Encontrarás tu pasión en lo que más te inspire.
Y ¿qué significa la palabra "inspirar"?
Deriva de las palabras "en espíritu".
Cuando estás inspirado, nunca te preguntas acerca de tu propósito.
Lo estás viviendo. Para una de mis hijas, se trata de leer cosas acerca de caballos y andar en los establos. Está en el cielo sobre un caballo, o aunque sólo sea limpiando un cobertizo lleno de estiércol.
Otra hija mía solo se inspira cuando está cantando, tocando o escribiendo música. Se siente así desde que tenía dos años.
Para otra, lo que la hace sentirse alguien con propósito es su trabajo artístico y de diseño.
Y para otra, es diseñar páginas de internet y crear programas informáticos para otros.
Para mí, es escribir, hablar y producir cosas que ayuden a la gente a tener confianza en sí mismos.
Esta ha sido siempre mi pasión, desde que era muy jovencito.
¿Cuál es tu pasión?
¿Qué hace agitarse a tu alma y te hace sentirte en completa armonía con aquello para lo que principalmente viniste?
Ten esto por seguro:
-Sea lo que sea, puedes construir tu vida haciéndolo y, simultáneamente, proporcionando a otros un servicio.
-Te lo garantizo.
La única cosa que puede apartarte de interpretar la música de tu corazón y de marchar al compás único que sientas dentro de tí es el miedo.
Según "Un Curso de Milagros", sólo hay dos emociones básicas:
-una es el miedo, la otra es el amor.
Tal vez temas la desaprobación de los demás.
Arriésgate y descubrirás que se recibe más aprobación cuando no la buscas que cuando la buscas.
Tal vez sientas temor a lo desconocido. Arriésgate igual.
Busca la respuesta, pregúntate:
"¿Qué es lo peor que puede pasar si esto no funciona?"
La verdad es que es algo superable. No vas a ser condenado a muerte ni torturado si algo sale mal.
Tal vez tengas miedo al éxito. Tal vez hayas sido inducido a pensar que no eres adecuado o que eres un ser limitado.
La única manera de enfrentar esas ridiculeces es perseguir aquello por lo que viniste aquí y dejar que el éxito te atrape, como de seguro lo hará.
O tal vez sientas temor al mayor de los fracasos:
-tal vez temas al fracaso.
El Mito del Fracaso
Puede que esto te tome de sorpresa, pero el fracaso es una ilusión. Nadie fracasa en nada.
Todo lo que haces produce un resultado.
Si estás intentando aprender a atrapar una pelota y alguien te la tira y se te cae, no es que hayas fallado.
Sencillamente, se ha producido un resultado.
La pregunta real es qué hacer con los resultados que produces.
¿Te vas llorando por haber fallado atrapando la pelota, o dices "Tírame otra" hasta que terminas por atraparlas?
El fracaso es un juicio. No es más que una opinión. Procede de tus miedos, que pueden ser eliminados con amor.
Amor por ti mismo. Amor por lo que haces.
Amor por los demás.
Amor por tu planeta.
Cuando tienes amor dentro de ti, el miedo no puede sobrevivir.
Reflexiona acerca del mensaje que hay en esta antigua sabiduría:
"El miedo llamó a la puerta. El amor contestó, y no había nadie".
Esa música que oyes en tu interior, urgiéndote a que asumas riesgos y persigas tus sueños es tu conexión intuitiva con el propósito que hay en tu corazón desde que naciste.
Sé entusiasta en todo lo que hagas.
Ten esa pasión, sabiendo que la palabra "entusiasmo" significa literalmente "El Dios (enthos) interior (iasm)."
La pasión que sientes es Dios dentro de ti, que está picoteándote para que te arriesgues y seas la persona que eres.
Me he dado cuenta de que los riesgos que se perciben no son para nada tales riesgos, una vez que transciendes tus miedos y dejas que entren en ti el amor y el respeto por ti mismo.
Cuando produces un resultado del que los demás se ríen, a ti también te da la risa.
Cuando te respetas a ti mismo, tropezar te permite reírte de ti mismo como tropezador ocasional.
Cuando te amas y te respetas a ti mismo, la desaprobación de alguien no es nada que haya que temer o evitar.
El poeta Rudyard Kipling declaró:
"Si puedes alcanzar el triunfo y el desastre, y tratas a esos dos impostores por igual... Tuyo son el corazón y todo lo que hay en él.".
La palabra clave aquí es "impostores". No son reales. Sólo existen en la imaginación de la gente.
Sigue a tu cerebro derecho, escuchando cómo te sientes e interpretando tu propio y exclusivo estilo musical.
No tienes que temer a nada ni a nadie, y no volverás a sentir jamás ese terror a estar yaciendo algún día en tu lecho de muerte diciendo:
"¿Y qué pasa ahora si toda mi vida he estado equivoca-do?".
El compañero invisible que está sobre tu hombro derecho te va a pinchar cada vez que te estés apartando de tu propósito.
Te va a obligar a que tomes conciencia de tu música.
Así que escúchalo, y no te mueras sin haber sacado afuera tu música


www.WayneDyer.com

miércoles, septiembre 26, 2007

ELLOS

Se me han ido muriendo los amigosse me han ido cayendo del abrazome he quedado sin ellos en el díapero vuelven en uno que otro sueño
es una nueva forma de estar solode preguntar sin nadie que respondaqueda el recurso de tomar un tragosin apelar al brindis de los pobres
iré archivando cuerdos y recuerdossi es posible en desorden alfabéticoen aquel rostro evocaré tu templees ese otro el ancla de unos ojos
sobrevive el amor y por fortunaa esa tentación no se la llevanyo por las dudas toco la mismísimamadera/esa que dicen que nos salva
pero se van figurando los amigoslos buenos/los no tanto/los cabalesme he quedado con las manos vacíasesperando que alguien me convoque
sin embargo todos y cada unome han dejado un legado un regalitoun consuelo/un sermón/una chacotaun reproche en capítulos/un premio
si pudiera saber dónde se ríendonde lloran o cantan o hacen nieblales haría llegar mis añoranzasy una fuente con uvas y estos versos
Mario Benedetti

miércoles, septiembre 12, 2007

adolescentes precoces y eternos adolescentes

Educación / Roxana Schiliro
Buscando el equilibrio..... entre adolescentes precoces y eternos adolescentes

Es tan nocivo quemar etapas y vivir cosas anticipadamente como retrasar el momento de asumir determinadas responsabilidades y roles. Como padres, debemos ayudar a nuestros hijos a transitar las etapas que les corresponden de acuerdo a su edad.

Vivir y ser padres en este contexto de sociedad posmoderna nos plantea múltiples desafíos. Entre ellos, educar y acompañar a nuestros hijos en su adolescencia, además de intentar sostener pautas que les permitan “vivir lo que le corresponde a cada etapa”. Pero... ¿qué es lo que corresponde a cada etapa?

Cada vez con más frecuencia, observamos que chicos y chicas de corta edad realizan actividades que hasta hace poco tiempo llegaban más tarde: salidas a altas horas de la madrugada, consumo de tecnología (celulares, reproductores MP3 o iPods), entre otras.

Como contrapartida, también observamos que jóvenes de entre 20 y 30 años de edad aún no han vivenciado su emancipación filial. Esto favorece el retraso de su madurez personal y les impide poder elaborar su propio proyecto de vida. Se limitan solamente a disfrutar el presente, el aquí y ahora.

El psicólogo Dan Kiley, allá por 1983, denominó como Síndrome de Peter Pan a este cuadro, en el que define a los adultos que no quieren o se sienten incapaces de crecer, de orientar sus vidas hacia una determinada dirección, de afrontar responsabilidades.

No es casual que todo esto se dé en una sociedad que exalta la juventud y favorece todo lo que permita perpetuarse en ella, consumos que propician el cuidado desmesurado del cuerpo y que favorecen el egocentrismo y el narcisismo, donde también se postula a la inmediatez como el único camino para alcanzar las metas, “el llame ya”.

Creo que, como padres, debemos posicionarnos desde el rol de adultos, sin corrernos y sin tomar una postura adolescente que no nos permita ver con claridad nuestras decisiones. Somos modelo, inevitablemente. Por lo tanto, mostrarnos como adultos responsables colaborará en generar responsabilidad en nuestros hijos. Que vean que nos hacemos cargo de las consecuencias de nuestros actos también los ayudara a madurar.


Es tan nocivo permitirles vivir anticipadamente las cosas como demorarles la salida hacia su independencia. En el primer caso, los exponemos cuando ellos todavía no tienen los recursos emocionales suficientes para afrontar situaciones complejas. En el segundo, creyendo que hacemos el bien, les impedimos madurar.

Todo un desafío nuestra tarea. Pero, con perseverancia, reflexión y espacios compartidos con pares se nos hará más fácil el camino y, al llegar a nuestra madurez, podremos ver con orgullo a nuestros hijos, seguramente, emprendiendo este maravilloso camino de la paternidad. © www.economiaparatodos.com.ar

La profesora Roxana Schiliro es psicopedagoga y miembro del equipo de profesionales de la Fundación Proyecto Padres.

miércoles, septiembre 05, 2007

Más viejo que la humedad

Por Enrique Pinti

No debe de haber peor soledad que la de quedarse sin referentes. Es entonces, en ese terrible momento de nuestra vida, cuando probamos en carne propia que nuestra época terminó, que nuestras costumbres son obsoletas y que no podemos comentarlo con casi nadie porque casi nadie sabe de qué se trata nuestra conversación. Es un juego de compensaciones muy terrible: Dios, el destino, la vida, nos da la posibilidad de vivir mucho más que la gente de nuestra generación pero a cambio de esa gran ventaja nos hace pagar el precio de la soledad. Hay un antídoto, una manera de pasar mucho mejor esas transformaciones: la actualización, el contacto fluido y permanente con los jóvenes, ya sean nuestros hijos, sobrinos o nietos, propios o de nuestros conocidos, y ¿por qué no? con nuevos amigos veinte años más jóvenes. Claro, eso no significa negar la propia edad. Es más, muchas veces los jóvenes agradecen alguna idea dinosáurica sobre problemas que ellos creen nuevos y en verdad no lo son.


Este vejete que escribe sabe que, si Dios le da vida, quizás en veinte años nadie irá al cine y los home theatres serán los refugios domésticos donde la gente mirará Harry Potter como un clásico del pasado, parando la proyección cada vez que las urgencias fisiológicas o la llegada del delivery lo requieran. Esto no es una visión futurista, sino algo muy común. Sin embargo, todavía es una costumbre relativamente nueva, que no ha llegado a reemplazar por completo la magia de la sala de cine: la ceremonia de llegar, sacar la entrada, encontrarse con amigos y discutir en el café en el restaurante los valores del film. Cada generación pasa la posta a la que sigue. Yo recuerdo los relatos de mis abuelos, cuyos abuelos les hablaban de la época de Rosas; recuerdo a mis padres relatando sus viajes en tranvía a caballo, su visión del golpe de Estado de 1930, su antipatía por los aviones y su desconfianza hacia la televisión y las series norteamericanas dobladas en ese lenguaje de balaceras, carros, aparcamientos y crayolas que, según ellos, iba a deformar el hablar de los jóvenes (¡mi Dios, si vivieran!). De esos relatos de vida partieron los cambios que mi generación y yo creímos que debíamos hacer. El colectivo y el tranvía convivieron hasta que uno dijo ¡chau!, el cine sonoro mató al mudo pero no a maestros como Chaplin y Buster Keaton, el avión superó al barco pero, a su vez, la comodidad de la aviación comercial de la década del sesenta quedó relegada por el abigarrado mundo de demoras, alarmas, sobrecirculación, amenazas terroristas y abusos de los aeropuertos de hoy.


Cada época tiene lo suyo, bueno y malo. Nadie engaña a la naturaleza, adoptar costumbres que no entendemos es un esnobismo torpe, pero encerrarse en la torre de marfil de "mi época" sólo conduce a la depresión. Y eso no debe suceder: todos estamos por algo y para algo. Sólo se siente inútil el que puso candado y tranca al cambio, a la evolución, a la alternativa. Es mejor apoyarse en los jóvenes que en un pasado irrepetible y ¿quién te dice? desde el presente, contando nuestra historia a los que nos siguen, ellos se darán cuenta de que todo cambia y todo sigue, y que se llora y se ríe por las mismas cosas desde hace siglos y siglos. Es que las pasiones humanas son más viejas que la injusticia y que la humedad.

revista@lanacion.com.ar

El autor es actor y escritor

domingo, septiembre 02, 2007

ORACION DE UN PADRE

Dame, oh Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuándo es débil, y lo bastante valeroso para enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo; un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota honrada, y humilde y magnánimo en la victoria

Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; un hijo que sepa conocerte a Tí... y conocerse a si mismo, que es la piedra fundamental de todo conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos. Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por lo que fallan.

Dame un hijo cuyo corazón sea claro, cuyos ideales sean altos; un hijo que se domine a si mismo antes que pretenda dominar a los demás; un hijo que aprenda a reír, pero que también sepa llorar; un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca olvide el pasado: Y después que le hayas dado todo esto, agrégale, te suplico, suficiente sentido del buen humor, de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio.

Dale humildad para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera sabiduría, la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Pero por sobre todas las cosas, dame un hijo que te ame, y obedezca en todo, sabiendo que tus leyes son agradables y perfectas.

Entonces, yo, su padre, me atreveré a murmurar:"No he vivido en vano".