“Todas las personas mayores han comenzado por ser niños" Antoine de Saint-Exupèry



martes, febrero 13, 2007

14 de febrero


ENAMORARSE-


En algún otro papel ya he contado que cuando te haces viejo tienes que ir con mucho cuidado con las mujeres, que te siguen gustando como siempre, pero ya no es lo mismo.

Decía yo que tengo mi sistema, copiado de la manera de amar a Dulcinea que tenía don Quijote, pero personalizado a mi manera y polígamo en el grado necesario.

Consiste en elegir la que me gusta más de cada lugar y gozar de su presencia sin despertar la atención. Es un juego de fantasía que tienes que concretar en cada chica de cada momento y interrumpiéndolo cuado te vas, para recuperarlo cuando vuelvas. Arrastrar los pensamientos puede ser peligroso.

Si una mujer te gusta es por algo, el tiempo vivido ha sido suficiente y sobrado para tener un criterio bien definido. Y si te atrae es porque tiene lo que tiene que tener y tu sensiilidad no tiene problemas en concretar cada uno de los puntos de tu interés; Pero es arriesgado demorarse, hay que pasar suavemente por la idea de sus pechos tiernos y de una piel tan delicada. Tus pensamientos han de correr hacia la mujer que te espera, sin saberlo, en otro lugar.

Esta mezcla de sentimientos, de mujeres y escenarios es absolutamente imprescindible.

Porque si no sabes escapar a tiempo y te vas obsesionando con la misma persona, como que eres viejo y débil, te llenarás de amor hasta las cejas y empezarás a bajar una pendiente hacia el ridículo más insubstancial y se reirán de ti. Y no podrás llorar porque todavía se reirían más.

O sea, que al tanto.
Santandreu (gracias amigo)
Barcelona

martes, febrero 06, 2007

Que clase de ser humano soy?

Gracias Lidia!!

Menuda pregunta ¿Verdad?; Comenzó a hacerme cosquillas en el corazón, después de leer Alberto Magno (santo muy antiguo), para quien hay tres plenitudes: La del vaso, que retiene y que no da nada.
La del canal, que da y no retiene.
La de la fuente, que crea, retiene y da.
Y entonces comprendí que, hay seres humanos-vaso, cuya única ocupación es almacenar virtudes, ciencia y sabiduría, objetos y dinero. Son aquellos que creen saber todo lo que hay que saber; tener todo lo que hay que tener, y consideran su tarea terminada cuando han concluido su almacenamiento. No pueden compartir su alegría, ni poner al servicio de los demás sus talentos, ni siquiera repartir sabiduría. Son extraordinariamente estériles; servidores de su egoísmo; carceleros de su propio potencial humano.
Por otro lado existen los seres humanos-canal, son aquellos que se pasan la vida haciendo y haciendo cosas. Su lema es: "producir, producir y producir". No están felices si no realizan muchas muchísimas actividades y todas de prisa, sin perder un minuto. Creen estar al servicio de los demás, fruto de su neurosis productiva , cuando en realidad su accionar es el único modo que tienen de calmar sus carencias; Dan, dan y dan; pero no retienen. Siguen dando y se sienten vacíos.
Pero también podemos encontrar seres humanos-fuente, que son verdaderos manantiales de vida. Capaces de dar sin vaciarse, de regar sin decrecer, de ofrecer su agua sin quedarse secos. Son aquellos que nos salpican "gotitas" de amor, confianza y optimismo, iluminando con su reflejo nuestra propia vida.